Con frecuencia, los padres y madres de los hijos e hijas con altas capacidades intelectuales (antes denominados superdotados), nos verbalizan que desde pequeños percibían que manifestaban un rápido aprendizaje, aunque no se hayan aplicado test de altas capacidades.
En la guardería, las maestras en estos casos indican:
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Aunque existen numerosos esfuerzos por establecer unos rasgos definitorios de este perfil de alta capacidad, o superdotación, lo más importante en edades tempranas, como la etapa de educación infantil, es conocer su potencial de aprendizaje. Los hijos e hijas con altas capacidades (que cuando reciben la intervención adecuada y maduran se denominan superdotados), disponen de una facilidad para aprender, que sus iguales no muestran. Esto sin duda, destaca la importancia del papel de la detección precoz en las aptas capacidades. ¿Por qué? Porque si identificamos estas necesidades a edades tempranas, podremos proporcionar una respuesta educativa que pueda satisfacer estas necesidades educativas derivadas de alta capacidad.
Conforme los hijos e hijas con alta capacidad van creciendo, los test de inteligencia de altas capacidades (que desde luego son importantes a lo largo de todo el periodo de maduración, desde la etapa de educación infantil, hasta la edad adulta inclusive), adquieren importancia de la mano de otros aspectos. Su rendimiento, con la edad, es también un buen indicador de su alta capacidad, pero ¿qué rendimiento? ¿test de altas capacidades? Al hablar de rendimiento no nos referimos exclusivamente al contexto escolar, pues puede ser puesto de manifiesto en la música, habilidades con las TICS, dibujo, creatividad, diseño y desarrollo de videojuegos…
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Alta capacidad, no es garantía de un rendimiento escolar elevado. Cuando los intereses de los hijos e hijas se alejan del entorno escolar, pueden mostrar su alta capacidad en otros contextos o intereses. En estos y otros casos las altas capacidades pueden pasar desapercibidas.
Desde este planteamiento, las altas capacidades, precisan para su evaluación de los test de inteligencia, pero también de otras habilidades y características personales, intereses y motivaciones, potencialidad, etc. El objetivo final de la evaluación de las altas capacidades no es el etiquetar en base a los resultados de unos test de inteligencia de altas capacidades. El objetivo es planificar una respuesta educativa ajustada a sus necesidades, en colaboración con las familias y centros educativos.
Pilar Herce Palomares – Psicóloga Especialista en Altas Capacidades
Colegiada num. CV6428 – Directora del Centro Despierta