Entre las diferentes medidas educativas para dar respuesta a las necesidades educativas del alumnado con altas capacidades, el enriquecimiento es sin duda una de las más pertinentes en muchos de los niños y niñas. Será necesario no obstante, conocer el perfil del alumnado con altas capacidades, los recursos del centro, aula…, para definir una u otra respuesta educativa.
Existe una práctica habitual tristemente, que consiste en realizar el enriquecimiento desde la falta de conocimiento de las verdaderas necesidades educativas en los niños y niñas con altas capacidades, ofreciendo “más de lo mismo”. Esto lleva a dos tipos de respuestas.
Por supuesto, según la personalidad de los niños y niñas y no de sus altas capacidades, como muchos lo harían, se desarrollan comportamientos nada deseables, y además malinterpretados por los docentes en el peor de los casos. El alumnado con altas capacidades termina por dejar de realizar esos trabajos “extra” a los que ningún sentido encuentran, perderlos “accidentalmente”, e incluso manifestar un rendimiento inferior a sus verdaderas posibilidades para así poder evitarlos.
El problema del enriquecimiento en las altas capacidades no termina aquí. Los docentes, observan que la actitud del alumnado no es la que esperan –fruto de mitos y estereotipos alejados de las altas capacidades-, sus resultados empeoran, no manifiestan interés…, por lo que lo más frecuente es que se considere que el alumnado no necesita un enriquecimiento, e incluso se lleguen a cuestionar sus verdaderas capacidades.
implica conocer sus puntos fuertes y débiles, para determinar los objetivos de la intervención educativa en el alumnado con altas capacidades, que centrará su atención en todas ellas.
sobre todo esos temas de interés que les apasionan o hacia los que sienten un especial agrado, para a partir de ellos, considerar con ellos cómo puedo profundizar en sus intereses, hacia cuáles y cómo integrarlos en el currículo.
nos orientará sobre qué tipo de metodología puede ser más adecuada para desarrollar sus altas capacidades.
Definir otras necesidades, no sólo de conocimiento, que puedan interferir en la realización del enriquecimiento. Un ejemplo en este sentido, puede ser la “desmotivación” académica, por lo que un enriquecimiento bien planificado, nos ayudará a mejorar su actitud hacia el aprendizaje escolar.
, pues plantear objetivos educativos ya alcanzados, más que enriquecer, nos sitúa de nuevo en el “más de lo mismo”. Del mismo modo, los contenidos han de permitir, bien de forma horizontal (profundizando en ellos) o vertical (de cursos superiores) desarrollar una actitud positiva y motivadora hacia el aprendizaje.
Pilar Herce Palomares – Psicóloga Especialista en Altas Capacidades
Colegiada num. CV6428 – Directora de la red de centros Despierta Talento