Desde que nuestros lejanos antepasados descubrieron el modo de dejar constancia en el mundo, la evolución en la escritura, y la lectura, ha ido cambiando hasta llegar al punto en que nos encontramos. La raíz de la importancia de la lectura confluye en todos estos avances, pero, ¿por qué es tan importante la lectura en nuestra sociedad?
Nuestros antepasados, después de muchas pruebas de ensayo-error, llegaron al descubrimiento de cómo podían dejar huella que ilustrara sus conocimientos y experiencias: las pinturas rupestres, la simbología antigua tallada en las rocas, los pergaminos…. Gracias a esto, se permitía que el resto de la sociedad pudiera aumentar sus capacidades. Como sabemos, ha evolucionado mucho, se descubrió la imprenta, permitiéndoles copiar y distribuir el contenido, ampliando territorio.
Con la lectura, la persona estimula su capacidad cognitiva y emocional. El reconocimiento y ampliación de palabras, la mejora en la expresión (oral y escrita), ortografía y gramática, permite ampliar nuestras habilidades, y a su vez, sin ser conscientes, nos mejora: el modelado que recibimos indirectamente nos permite saber cómo relacionarnos con el resto de personas, sabemos cómo hay que hablar para que nos entiendan, para preguntar algo, expresar opiniones… Aumenta nuestro bagaje permitiendo alcanzar unas altas capacidades.
A nivel escolar, la lectura nos permite una expansión a otros niveles: nos aporta conocimiento del mundo, de la sociedad, de nuestros antepasados y sobre nuestro posible futuro, nos despeja incógnitas sobre el por qué de las cosas, nos ofrece dilemas molares que estimula nuestro razonamiento, la curiosidad, a valorar aspectos como la constancia, la motivación y la persistencia para conseguir lo que queremos.
Pero lo más importante, al leer viajamos, y cada viaje nos cambia. Una historia de aventuras nos transmite valores como la amistad, el trabajo en equipo, la habilidad de enfrentarnos a retos y superarlos, así como la importancia de ser buenas personas para con el mundo. Una historia de amor consigue que mejoremos nuestra competencia emocional, tan relevante para nuestro beneficio personal, como social. Nos permite conocernos a nosotros mismos, reconocer nuestras emociones y las de los demás, sabemos qué es lo que podríamos hacer ante qué situaciones, y qué cosas sería mejor evitar. Al leer aprendemos, sobre el arte, la ciencia, la espiritualidad, sobre política y economía, aumenta nuestra creatividad, aumentamos horizontes y destruimos barreras que ni siquiera sabíamos que teníamos. Y lo mejor de todo, aprendemos divirtiéndonos.
Para despedirme, te propongo un reto: vamos a coger un libro, el que queramos, y vamos a leer. Puede que aprendamos algo sobre la amistad, o sobre qué sentimientos puede tener una persona mayor, quizá descubrimos las razones por las que hay montañas, ríos, y por qué los continentes están tan separados, igual leemos una historia de amor tan bonita que nos hará soñar con vivir alguna similar, en otras veremos gente que tiene poderes y pensaremos todas las cosas que haríamos nosotros en su lugar, podríamos leer sobre los dinosaurios (que quizá aún existan), y nos llevaría hasta la clonación y la genética, o en cambio haríamos un recorrido por todo el sistema solar, y nos preguntaremos sobre el origen del mundo, su territorio o si tiene fin. Una cosa es segura, cuando termine la lectura, ya no seremos los mismos, habremos crecido, y nuestras capacidades serán mayores, seremos mejores.
“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria” Jorge Luis Borges
Miguel Moncho Caudeli
Psicólogo General Sanitario
Programa Despierta Sede Central