Siempre y ahora más que nunca: el desarrollo del talento necesita una variedad de oportunidades para que tenga lugar.
El pasado curso 2019/2020 nos trajo una pandemia que ha cambiado nuestras vidas. Esta “nueva normalidad” necesita que centros educativos, familias y estudiantes nos adaptemos a esta peculiar situación.
La recta final del final del curso pasado estuvo teñida de cambios y ajustes en la educación formal y no formal. En la educación no formal, procuramos adaptarnos a la situación trasladando la práctica totalidad de nuestros servicios al formato virtual. Sin embargo, en la educación formal, esto no siempre fue posible.
Los efectos del confinamiento provocaron en muchos niños y niñas con altas capacidades la falta de motivación hacia el aprendizaje, como resultado de la repetición de contenidos que ya conocía. Incluso en estudiantes que presentaban sus tareas con asiduidad, manifestaban un elevado compromiso con el aprendizaje…, las consecuencias fueron devastadoras.
El desarrollo del talento necesita considerar cuestiones no solamente cognitivas, y entre ellas, la motivación hacia el aprendizaje, determinación, esfuerzo…, juegan un papel crítico. Este es uno de los objetivos prioritarios al que nos enfrentamos en este nuevo curso, y que va a guiar y orientar nuestras intervenciones educativas.
No todos los efectos de la pandemia han sido negativos. Algunos niños y niñas, han sido capaces, con las orientaciones de las familias o centros educativos, de continuar aprendiendo, profundizar en sus intereses, mantener o mejorar su compromiso con las tareas… Pero conseguirlo, exige un esfuerzo, un esfuerzo a la hora de brindar oportunidades para el desarrollo del talento desde todos los contextos posibles.
Las familias y los centros especializados en altas capacidades, hemos de ofrecer suficientes oportunidades para que el desarrollo del talento, no cese aunque la pandemia nos invada. El hogar es un escenario para aprender de y con los progenitores, hermanos y hermanas, con los recursos de los que se disponen y, de forma muy especial, haciendo uso de las oportunidades que las tecnologías nos brindan.
Los centros especializados en altas capacidades, hemos de centrarnos en saber acotar los objetivos prioritarios de nuestro alumnado, adaptándonos a los cambios que puedan suceder. Este año, aunque son una necesidad siempre, ahora más que nunca las intervenciones individuales y, en la medida de lo posible presenciales, han de permitir abordar aquellas necesidades que en otros contextos no es posible. Promover el deseo por aprender, dotar al alumnado de las habilidades tecnológicas necesarias para seguir aprendiendo y concretar en cada niño y cada niña cómo profundizar en sus conocimientos, mejorar sus habilidades y desarrollar nuevas, son algunas de las claves para este próximo curso.
El desarrollo del talento necesita una variedad de oportunidades para que tenga lugar. Las becas (VER POST) van a ser este nuevo curso una herramienta imprescindible para acercar las intervenciones educativas al alumnado con altas capacidades.
Consulta aquí: Convocatoria
Equipo de profesionales de la sede central (Programa Despierta) Altas Capacidades
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