La etapa de educación infantil es el primer estadio en el proceso del desarrollo del talento, el estadio del potencial, situado en los primeros años de vida. Por tanto, esta etapa es el primer escenario en el que el talento puede hacerse manifiesto y precisa, por ello, una especial atención. Algunas razones apoyan este planteamiento. En primer lugar, aunque la identificación habitualmente no se produce hasta momentos posteriores, la investigación en neurociencia evidencia la importancia en este primer momento madurativo, debido a los acontecimientos neurológicos que suceden. Se producen conexiones neuronales a causa del desarrollo masivo de la arborización neuronal, coincidiendo con el desarrollo neuroanatómico.
En segundo lugar, el alumnado de educación infantil que presenta altas capacidades necesita ya desde ese momento una respuesta educativa ajustada. Si su aprendizaje es más rápido, más profundo y de mayor nivel, el avance en las habilidades y competencias matemáticas se hace necesario para evitar aburrimiento, pérdida de interés hacia el aprendizaje… Satisfacer sus necesidades educativas es un imperativo desde un punto de vista pedagógico.
En tercer lugar, la legislación dispone la importancia del inicio en las habilidades matemáticas en el período de educación infantil, debido a que es donde se asientan las bases de las habilidades lógico-matemáticas, sobre las que construirán los niños y niñas de educación infantil sus aprendizajes durante la educación obligatoria. Si se demoran las intervenciones educativas hasta la etapa de Educación Primaria, la promoción del talento habrá perdido un periodo crítico.
Además, en la investigación cada vez cobra más interés el talento matemático en el período de preescolar. Los actuales modelos de las altas capacidades dan importancia al desarrollo de las habilidades numéricas durante este período, justificando que una conciencia temprana de las cantidades numéricas mantiene una elevada relación con el posterior desarrollo de las competencias matemáticas.
Si bien algunos talentos específicos no tienen lugar hasta momentos madurativos posteriores, el talento matemático necesita de una identificación temprana que sirva de base para definir una respuesta educativa adecuada.
A pesar de que, en nuestro país, parece que la tónica general es relegar a la educación primaria la intervención educativa, deseo sirvan estos argumentos para repensar sobre el talento matemático durante la educación infantil.